jueves, 17 de julio de 2014

Una corona: dos estilos

Este verano el complemento it que arrasa en bodas, bautizos, comuniones y fiestas especiales es la corona en todas sus versiones, de flores naturales y colorida o de un único color, como dorado y plateado. Hay muchas formas de llevarla, como diadema,  el pelo suelto, en un semi-recogido, o en un recogido entero, todo depende de lo que queráis arriesgar o la línea del estilo de vuestro look. 


Es un complemento que no entiende de estaciones, estilos o celebraciones; pueden llevarlo tanto invitadas como novias. Una tendencia que hemos visto mucho esta primavera-verano en las principales pasarelas de novias, donde ya el día del sí quiero no se limita al clásico blanco y los correspondientes complementos o recogidos tradicionales, y vemos peinados nupciales de los que brotan todo tipos de flores de diferentes colores, según el espíritu de la novia, con coronas doradas y trenzadas que adornaban las cabezas más poderosas en la época de César y Augusto, o coronas con hortensias y margaritas, de estilo country, dando un aire campestre o bucólico muy dulce al vestido de la novia. 



El estilo de las invitadas, cada vez más libre en las bodas, no encuentra límites con este complemento y puede adoptar el tamaño, la forma y los colores que la amiga, prima o hermana de la novia esté dispuesta a arriesgar. Además, de poder combinarse con cualquier estilo, clásico, moderno, retro o vintage. Es un accesorio que en la mayoría de las ocasiones, habla por sí mismo, y no necesita de muchas complicaciones y grandes excesos en materia de vestuario y complementos, dejando todo el protagonismo a la corona con un look sencillo, donde destacará, por encima de lo demás, vuestro accesorio, convirtiéndoos en las más originales y elegantes, por la sencillez del conjunto, de la boda. 

El plus con el que cuenta este accesorio, para novias e invitadas, es que además de ser muy cómodo, es económico puesto que puedes aprovecharlo para diferentes estilos, y a diferencia de otros complementos como las pamelas, su uso no está restringido a bodas de día, ni tenéis que renunciar a él en ningún momento de la boda, ya que el protocolo establece en este tipo de casos, que la mujer que sale tocada o "coronada" de casa llegará tocada o "coronada". 

En el caso de nuestra invitada de hoy, Blanca, optó por una corona dorada, con flores que recordaban a los tiempos de la lejana Grecia, con un total look rojo, sencillo, complementos dorados, cinturón y zapatos, y un clutch de flores de colores vivos, como el morado, el azul pavo real, naranjas y malvas, rompiendo así, con los dos tonos dominantes de su conjunto. Para el recogido, se decantó por una coleta baja, y cardado en la parte delantera del pelo para realzar la forma y el color de la corona. 




Un look perfecto, cómodo y desenfadado, para una boda en la playa, a orillas del mar, donde lo que más llamó la atención, a pesar del llamativo color rojo de su estilismo, fue la corona dorada por encima de todo. 

Las coronas son un accesorio que nos demuestran una vez más que no hace falta adoptar estilos barrocos, muy recargados, y se pueden adoptar estilos sencillos, sobre todo en bodas íntimas en la playa en las que se respira libertad y desenfado, para ir correctamente vestidas a enlaces o celebraciones de este tipo.




Hoy compartimos con vosotras las fotos de la boda de Blanca, en la playa, con un amanecer espectacular de fondo y un escenario perfecto de sol, arena y mar...



Esperamos que os guste y os inspire para vuestros futuros eventos o celebraciones especiales.



¡Feliz fin de semana!