La llamada Gran Depresión, consecuencia de la caída de la bolsa en octubre de 1929, tuvo una influencia repentina e inesperada sobre la moda.
La devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa de Estado Unidos, no tardó en extenderse al resto de países, sumiendo al mundo en una fuerte crisis económica, de la que no saldrían hasta la Segunda Guerra Mundial.
Después de 1929 las cosas ya no irían tan "deprisa" como durante los locos años 20. El colapso financiero, imponía un espíritu sombrío en la formas de vestir, para reflejar la austeridad y la tristeza de la época, que diseñadores, directores y estrellas de cine, no estaban dispuestos a aceptar.
Si lo que prevalecía era la economía, también lo era que las mujeres, los diseñadores y la industria del cine estaban decididos a esforzarse por conseguir lo imposible. Paradójicamente, la orientación del rumbo de la moda, marchó a un destino de lujo, donde glamur era la palabra en boca de todas las personas de la época.
Hollywood en su afán por respaldar la industria de la moda, desafío al mundo, exhibiendo en sus películas diseños impresionante y opulentos de vestidos de noche, de la mano de sus grandes ídolos, como Jean Harlow y Marlene Dietrich.
El glamour de Hollywood de la década de 1930, lejos de ser un hecho superficial e inconsistente, era un escape a la realidad de la Depresión: las vidas fantásticas de las actrices de la gran pantalla, incorporaban cada día muchos cambios de vestuario, y la conciencia a los espectadores de que podrían disfrutar de la calidad de vestidos que antes solo eran patrimonio de las clientas de la alta costura.
Las mujeres regulares no podían permitirse pagar las creaciones que lucían los mitos de la gran pantalla, pero la influencia del estilo de vestir fue igual para todos.
Los elementos de moda de la década de 1930:
- Vestidos de cóctel para las tardes, los trajes bien cortados, seguían siendo indispensables para las actividades formales del día. Los tweeds conservando su reputación de excelencia, eran esenciales en los armarios de las mujeres de la alta sociedad.
- Los vestidos de noche con elegante corte al bies, largos hasta el suelo, fueron uno de los elementos más importantes y representativos de los 30. Vestidos ligeramente ajustados y sin decoración, que pretendían no restar protagonismo a los contornos lisos. El saten y el terciopelo fueron las telas estrella entre los vestidos de noche, que se diseñaban con escotes bajos en la espalda, cinturas simples y sin mangas.
Los complementos como los velos, guantes y los sombreros, que completaban las siluetas diurnas de las mujeres de 1930, se convirtieron en parte indispensable del vestuario femenino de la época: el conjunto " a juego" fue el concepto clave de la década.
Los sombreros de aquellos tiempos, eran accesorios que a ojos del público femenino, se convirtieron en piezas clave, para acompañar sus "estudiados" atuendos.
Por sorprendente que puedan parecernos en nuestros días, la mujer de los años 30 no salía de casa, si no era "acompañada" de un buen par de guantes y tocada por sombreros pequeños, que se llevaban inclinados sobre un ojo, salir de otro modo, hubiese estado mal visto.
La Gran Depresión que afectaba de un modo devastador en casi todos los países, dejó pasar de largo, en general a la industria de la moda,y en particular a la sombrerería , en aquellos sombríos años 30, los sombreros experimentaron momentos muy interesantes.
Los diseños "Cloche", sombreros franceses con forma de campana, de ahí su nombre, fueron de los más populares. Los sombreros se usaban de lado, y a menudo, eran decorados con plumas, cintillos o pañuelos.
La excéntrica diseñadora Elsa Schiaparelli, ejerció una gran influencia en los sombreros de los tristes años 30: sus ingeniosos diseños, como el famoso sombrero "lamb chop" o chuleta de cordero, y el sombrero de zapato que produjo a partir de un esbozo de Dalí, fueron una auténtica revolución para el público de la década. Schiaparelli buscó la novedad y el humor en todo y se unió a la moda de dobles significados que habían introducido los surrealistas.
Durante la Gran Depresión, los sombreros tejidos a mano o de ganchillo prevalecieron, como una manera caliente y económica de cubrirse, y salir de casa "tocadas" acorde con los rígidos códigos de de la moda.
A pesar de que la pobreza se extendía, a un ritmo vertiginoso,a ambos lados del Atlántico, la moda reflejaba en todo momento un deseo de prosperidad, apoyado por el mundo del cine, las grandes fortunas de la época, y los sueños de millones de mujeres regulares, deseosas de olvidar durante un par de horas la desolación la tristeza del momento que les había tocado vivir.
Los años 30, a pesar de ser harto complicados para la economía mundial, fueron sorprendentemente buenos para la industria de la moda, donde el encanto de la gran pantalla, la importancia del arreglo meticuloso de la mujer, la elegancia como relevo de la androginia -característica de los años 20- y el auge de los diseñadores americanos, contribuyeron para la creación de una de las décadas más respetadas en la historia de la moda, la sombrería y la alta costura.
Los complementos y accesorios de los complicados años 30, se abren paso, 84 años después, para pisar fuerte por los principales escenarios del 2014, caracterizados por una vestimenta libre y desenfadada, donde el rescate de lo mejor de otras épocas, combinado con la actualidad, será la clave del estilo de la nueva temporada, que al igual que en los divertidos años 30, nadan dejan al azar...
